Variedades de Uva : El alma de nuestros vinos

En el mundo del vino, cada variedad de uva ofrece un universo de sabores y aromas, convirtiéndose en el pilar fundamental de la identidad de cada botella. Como enólogos apasionados, entendemos que conocer las variedades de uva es adentrarse en el corazón mismo de la viticultura.

La uva tinta, esencia y alma de los vinos que embrujan los sentidos, es una de las más nobles expresiones de la naturaleza transformada por el arte humano. Desde el viñedo hasta la copa, las uvas tintas son las protagonistas de una historia que se escribe en terroirs disímiles, bajo climas variados y a través de tradiciones milenarias. Son ellas las que dan vida a la amplia gama de vinos que van desde los ligeros y afrutados hasta los intensos y complejos, capaces de evolucionar con el tiempo en la bodega.

Cada variedad de uva tinta lleva consigo la impronta de su origen, el aliento de la tierra que la vio nacer. El Tempranillo, con su versatilidad y elegancia, es el pilar de las grandes denominaciones españolas como la Rioja y la Ribera del Duero, donde se transforma en vinos que son el reflejo líquido de su cultura. La Garnacha, vigorosa y llena de matices frutales, se expresa en todo su esplendor en el valle del Ródano y en los terrenos áridos de Aragón. Y cómo no mencionar a la noble Cabernet Sauvignon, columna vertebral de los afamados vinos de Burdeos y presente en los mejores ensamblajes del nuevo mundo, donde alcanza niveles de excelencia que compiten con sus ancestros europeos.

Las uvas tintas también narran historias de supervivencia y adaptación. La Syrah, por ejemplo, con su piel gruesa y oscuro color, encontró en el valle del Ródano un hogar ideal, pero también ha sabido adaptarse a las colinas soleadas de Australia y California, donde da vida a vinos de gran cuerpo y notas especiadas. La Pinot Noir, delicada y caprichosa, requiere de cuidados meticulosos y un clima fresco, regalándonos en Borgoña y en regiones como Oregon y Nueva Zelanda, vinos de una complejidad y sutileza sin par.

Sin embargo, la diversidad de las uvas tintas va más allá de las variedades más conocidas. Existen joyas vitivinícolas menos famosas que sorprenden por su carácter y singularidad. La Monastrell, conocida en Francia como Mourvèdre, aporta estructura y un carácter salvaje a los vinos de la costa mediterránea. La Nebbiolo, con su aroma a rosas y tar, es el corazón de los poderosos Barolo y Barbaresco. Y no podemos olvidar al Tannat, originario de Madiran, que ha encontrado una segunda patria en Uruguay, donde produce vinos de gran intensidad y con un potencial de envejecimiento impresionante.

Cada región vitivinícola del mundo aporta su toque personal al cultivo de estas uvas, creando vinos con identidades únicas. En Italia, la Sangiovese es la base de los vinos de Chianti y Brunello di Montalcino, ofreciendo una gama de sabores que va desde las cerezas frescas y hierbas hasta los perfiles más terrosos y robustos. En Portugal, el Touriga Nacional se erige como la insignia del vino de Oporto, pero también brilla por su presencia en los tintos secos del Douro, donde su intensidad frutal y floral cautiva a los paladares más exigentes.

La magia de las uvas tintas no reside solo en la bebida que nos regalan, sino en la experiencia que nos ofrecen. Cada sorbo de un vino tinto es un viaje a través del paladar y el tiempo. Es un arte que combina paciencia, conocimiento y pasión, desde el cuidado de la vid hasta el meticuloso proceso de vinificación. Los enólogos son los guardianes de este arte, transformando el fruto de la vid en elixires que celebran la vida y la tierra.

La uva tinta es, por tanto, mucho más que el ingrediente principal de una bebida; es un símbolo cultural, un legado vivo y una fuente de placer inagotable. En cada botella de vino tinto hay una historia que contar, una tierra que conocer y una tradición que descubrir. Como amantes del vino, nos deleitamos en la diversidad y riqueza que las uvas tintas nos proporcionan, y nos comprometemos a seguir explorando, aprendiendo y compartiendo las maravillas que estas nobles variedades siguen ofreciendo.

Las variedades tintas son las artistas detrás de los vinos con cuerpo y estructura. Algunas de las más destacadas incluyen:

• Tempranillo: La estrella de la Ribera del Duero y Rioja, conocida por su capacidad de envejecer con gracia.
• Garnacha: Versátil y robusta, es esencial en los blends y vinos de terruño con notas especiadas.
• Syrah: Internacional y poderosa, ofrece vinos tintos oscuros con un perfil de sabor intenso y picante.
• Merlot: Con sus tonos suaves y aterciopelados, aporta elegancia y complejidad.
• Cabernet Sauvignon: Valorada por su potencial de envejecimiento, nos ofrece vinos estructurados y complejos.
• Mazuelo (Cariñena): Tradicional de nuestras tierras, contribuye con taninos firmes y una acidez vivaz.
• Maturana Tinta: Una variedad local redescubierta que nos brinda una perspectiva única de la Rioja.
• Bobal: Conocida por su resistencia y su abundante producción, esta uva española produce vinos robustos y con buena estructura tánica.
• Cinsault: Variedad francesa que a menudo se utiliza en mezclas para añadir perfume y suavidad al vino.
• Dolcetto: Originaria de Italia, ofrece vinos con sabores de frutas negras y un toque de amargura.
• Nebbiolo: Responsable de algunos de los vinos más finos de Italia, con una gran capacidad de envejecimiento y complejidad.
• Petit Syrah (Durif): Conocida por su intensidad de color y concentración, produce vinos con sabores a frutas oscuras y especias.
• Sangiovese: La uva insignia de la Toscana, que da origen a vinos como el Chianti y el Brunello di Montalcino.
• Zinfandel (Primitivo): Popular en California y el sur de Italia, es apreciada por su capacidad de producir vinos potentes y afrutados.
• Malbec: Aunque asociada con Argentina, su origen está en Francia y es famosa por su color profundo y sabores ricos.
• Carménère: Casi perdida en Francia pero renacida en Chile, es conocida por su perfil especiado y notas herbáceas.
• Touriga Nacional: Considerada la mejor variedad de uva tinta de Portugal, es un componente principal en la producción de Oporto y también produce excelentes vinos de mesa.
• Alicante Bouschet: Una uva tinta teñida, conocida por su intenso color y que se usa comúnmente en mezclas para añadir profundidad de color.
• Aragonez (Tinta Roriz o Tempranillo): Versión portuguesa de la Tempranillo, fundamental en los vinos del Alentejo y en los Oportos.
• Barbera: Con sus raíces en Italia, produce vinos con buena acidez y sabores a frutas rojas.
• Blaufränkisch (Lemberger): Predominante en Austria y Hungría, es apreciada por su acidez y su perfil especiado.
• Corvina: Esencial en la mezcla de Valpolicella y Amarone en Italia, aportando cuerpo y estructura.
• Dornfelder: Un varietal alemán que se caracteriza por su color profundo y sus sabores a frutas del bosque.
• Mencia: Originaria del noroeste de España, crea vinos frescos y aromáticos con notas florales y de frutas rojas.
• Nero d’Avola: Considerada la «Syrah del Mediterráneo», es la uva tinta más importante de Sicilia.
• Tannat: Conocida por su prominencia en Uruguay y su papel en Madiran en Francia, es rica en taninos y antioxidantes.
• Teroldego: Esta uva del norte de Italia da vinos intensamente coloreados con notas de frutas oscuras y minerales.
• Valdiguié: Originaria de Francia, conocida en California como Napa Gamay, aporta sabores de frutas rojas y jugosas.
• Carignan (Mazuelo): Produce vinos con buena acidez y taninos que son excelentes para mezclar.
• Aglianico: Considerada una de las tres mejores uvas tintas de Italia, conocida por su potencial de envejecimiento.
• Montepulciano: No debe confundirse con la región vinícola de Vino Nobile di Montepulciano, esta uva da vinos robustos y afrutados.
• Refosco: Una antigua variedad italiana que produce vinos ricos y tánicos.
• Saint Laurent: Pariente del Pinot Noir, con origen en Austria, ofrece vinos con cuerpo medio y notas de cereza y especias.
• Tinta Barroca: Usada en la mezcla de vinos de Oporto, pero también hace vinos de mesa ricos y frutales.
• Frappato: A menudo se mezcla con Nero d’Avola en Sicilia, resultando en vinos con notas florales y de frutas rojas.
• Juan García: Una variedad autóctona de España, poco conocida pero que produce vinos con una identidad única.
• Negroamaro: Utilizada principalmente en Puglia, Italia, para producir vinos tintos que son ricos, oscuros y con un ligero amargor.
• Durif: Conocida en algunos lugares como Petite Sirah, produce vinos intensos y tánicos con notas de frutos negros y especias.
• Dolcetto: Una variedad italiana que ofrece vinos con sabores de cereza y regaliz, con una acidez moderada y taninos suaves.
• Tinta Amarela: En Portugal, es una de las muchas uvas utilizadas en la producción de vino de Oporto y vinos de mesa de calidad.
• Mourvèdre (Monastrell): Proporciona estructura y notas de frutas oscuras y especias a los vinos, especialmente en el sur de Francia y en España.
• Tinta Cão: Una variedad portuguesa poco común que se utiliza en la producción de vino de Oporto y vinos de mesa, conocida por su acidez y complejidad aromática.
• Tinta Roriz: Otro nombre para el Tempranillo en Portugal, produce vinos con sabores de frutas rojas y a menudo se utiliza en mezclas de Oporto.
• Rondinella: Junto con Corvina y Molinara, es una de las uvas clave en la producción de Valpolicella y Amarone en Italia.
• Schiava: Una variedad del norte de Italia que produce vinos ligeros, afrutados y con bajo contenido de taninos.
• Plavac Mali: Un descendiente del Zinfandel, predominante en Croacia, conocido por sus vinos potentes y ricos en taninos.
• Raboso: Una variedad italiana que produce vinos con alta acidez y taninos, conocida por su potencial de envejecimiento.
• Canaiolo: Tradicionalmente utilizada en la Toscana, Italia, para suavizar los vinos de Sangiovese, aportando notas florales y frutales.
• Counoise: Utilizada en el sur de Francia, particularmente en Châteauneuf-du-Pape, donde añade especias y frescura a los ensamblajes.
• Lagrein: Otro varietal del norte de Italia, conocido por su rica estructura tánica y sabores a frutas oscuras.
• Mencía: Cultivada en el noroeste de España, produce vinos aromáticos con notas herbales y florales.
• Norton: Una uva nativa de América del Norte, que produce vinos tintos con notas de especias y frutas oscuras.
• Sagrantino: Una uva italiana de Umbria, conocida por sus potentes taninos y sabores concentrados de frutas negras.
• Tannat: Famosa en el suroeste de Francia y Uruguay, produce vinos tintos muy tánicos y con un alto contenido de antioxidantes.
• Vranec: Una uva predominante en Macedonia del Norte, conocida por su cuerpo profundo y sabores intensos de fruta negra.
• Zweigelt: La uva tinta más plantada en Austria, ofrece vinos jugosos y accesibles con notas de cereza.

El vino blanco, con su espectro de estilos desde el cristalino chispeante hasta el opulento dorado, es una celebración de la sutileza y la complejidad que las uvas blancas pueden ofrecer. Estas variedades son la piedra angular de algunos de los vinos más refrescantes, aromáticos y venerados del mundo. A través de ellas, se expresan las narrativas de climas frescos con brisas matutinas y sol radiante, de suelos minerales y de prácticas de vinificación que van desde la antigüedad hasta la modernidad vanguardista.

La Chardonnay, posiblemente la más conocida de las uvas blancas, es una camaleónica narradora de terroir. En Borgoña, Francia, se transforma en el sublime Chablis, con su acero y piedra caliza, y en los opulentos y a menudo imitados Meursault y Montrachet, con su toque de roble y mantequilla. Sin embargo, esta misma uva, cuando se cultiva en los soleados viñedos de Australia o California, puede ofrecer una paleta de sabores frutales más maduros, con un carácter tropical a veces realzado por una crianza más evidente en roble.

La Sauvignon Blanc, por su parte, es la artista detrás de los vibrantes y herbáceos vinos de la región del Loira en Francia y los zesty y pungentes de Nueva Zelanda, cada uno celebrando la acidez y los sabores distintivos que varían desde el espárrago y la grosella espinosa hasta la fruta de la pasión y el melón.

Más allá de estas variedades bien viajadas, el mundo de las uvas blancas está repleto de tesoros menos conocidos pero igualmente cautivadores. La Riesling, con sus raíces en Alemania, es la intérprete de algunos de los vinos más finamente equilibrados del mundo, capaces de expresar tanto la dulzura del néctar como la nitidez del cristal, a menudo en el mismo sorbo. En Italia, la Pinot Grigio ha encontrado una audiencia global, pero es solo una parte de la rica tapicería de variedades como la Verdicchio y la Fiano, que ofrecen notas de almendra y especias, y la Trebbiano, base de los nobles y longevos vinos de Vin Santo.

Cada región vitícola ofrece su propia interpretación de las uvas blancas. En España, la Albariño reina en las Rías Baixas, ofreciendo vinos con una salinidad que evoca el océano cercano. La Viura (o Macabeo), por otro lado, es una pieza central en los vinos blancos de Rioja, con su capacidad para envejecer y desarrollar una complejidad sorprendente.

El rol de las uvas blancas exóticas no debe subestimarse. Variedades como la Assyrtiko de Grecia, con su mineralidad volcánica, la aromática Gewürztraminer, que trae notas de lichi y rosa a los vinos de Alsacia, y la Grüner Veltliner de Austria, con su característica pimienta blanca y vivacidad, amplían la paleta de sabores disponibles para el paladar aventurero.

La vinificación de las uvas blancas es un acto de equilibrio delicado, una danza entre preservar la frescura y permitir la expresión del carácter. Los enólogos trabajan con la acidez, la dulzura, el cuerpo y el aroma para crear vinos que pueden ser tanto simples y directos como complejos y enigmáticos. Las prácticas de vinificación van desde la fermentación en frío para preservar la frescura hasta el uso de barricas de roble para agregar riqueza y textura.

En esencia, las uvas blancas son narradoras de la influencia del tiempo y el lugar. Reflejan las estaciones en su ciclo de vida, desde la brotación hasta la vendimia, y la geografía en su variedad de suelos y climas. Son un testimonio de la historia con su linaje antiguo y su evolución a través de los siglos, y también un lienzo para la innovación con nuevas técnicas de vinificación y la exploración de terruños inesperados.

Como enólogos, somos los custodios de estas variedades, dedicados a la tarea de traer lo mejor de cada uva blanca a la copa. Nos comprometemos a continuar explorando, experimentando y celebrando la diversidad de estas maravillosas frutas, y a compartir con entusiasmo el fruto de nuestra labor con aficionados y conocedores por igual. Cada vino que producimos es una invitación a un viaje de descubrimiento, un encuentro con la pureza y la expresión de las uvas blancas en su forma más elevada.

Las uvas blancas son la esencia detrás de vinos frescos, florales y a menudo fragantes. Entre ellas destacamos:

• Xarel·lo: Alma del Penedès, brinda vinos con acidez equilibrada y un toque mineral.
• Chardonnay: Camaleónica, capaz de producir desde vinos frescos y minerales hasta complejos y cremosos.
• Albariño: Galicia nos regala esta uva, que resulta en vinos de marcado carácter atlántico y una vibrante acidez.
• Parellada: Una uva esencial en la elaboración del cava, que brinda frescura y finura.
• Riesling: De origen alemán, se adapta sorprendentemente bien a ciertos microclimas, ofreciendo acidez punzante y notas florales.
• Sauvignon Blanc: Intensamente aromática, nos regala vinos con notas de frutas tropicales y una acidez refrescante.
• Moscatel de Alejandría: Una uva dulce y perfumada, base de vinos aromáticos y también de magníficos vinos dulces.
• Aligoté: Una alternativa a la Chardonnay en Borgoña, produce vinos con una acidez marcada y notas florales.
• Gruner Veltliner: La uva blanca más importante de Austria, conocida por su frescura y su toque de pimienta.
• Semillon: A menudo mezclada con Sauvignon Blanc, es famosa por su papel en los vinos dulces de Sauternes.
• Torrontés: La uva blanca distintiva de Argentina, que ofrece aromas florales y un sabor fresco.
• Verdejo: Una uva emblemática de Rueda en España, crea vinos frescos y aromáticos con una buena acidez.
• Viura (Macabeo): Ampliamente plantada en España, es una de las principales uvas utilizadas en la producción de cava.
• Pinot Gris (Pinot Grigio): Produce vinos que pueden variar desde ligeros y crujientes hasta ricos y completos, dependiendo del estilo de vinificación.
• Muscadet (Melon de Bourgogne): Principalmente encontrada en la región del Loira en Francia, es conocida por su mineralidad y notas cítricas.
• Fiano: Originaria del sur de Italia, conocida por su riqueza y notas de nueces y especias.
• Garganega: La principal uva blanca de Soave, ofrece vinos con notas de almendras y una acidez vibrante.
• Assyrtiko: Famosa en Santorini, Grecia, es conocida por su mineralidad y su capacidad de retener la acidez en climas cálidos.
• Colombard: A menudo utilizada en la producción de coñac y armagnac, así como en vinos frescos y afrutados.
• Furmint: La principal uva en la producción de los vinos dulces Tokaji de Hungría.
• Grechetto: Una uva italiana que contribuye a los vinos Orvieto con textura y sabor a nuez.
• Kerner: Un cruce entre Riesling y Schiava que se encuentra principalmente en Alemania.
• Loureiro: Parte integral de los vinos Vinho Verde de Portugal, conocida por su carácter floral y fresco.
• Müller-Thurgau: Otro varietal alemán, que produce vinos suaves y con una ligera acidez.
• Picpoul (Piquepoul): Utilizada en la región de Languedoc en Francia para hacer vinos con notas de limón y un marcado carácter ácido.
• Verdelho: En Madeira y Australia se utiliza para vinos fortificados y también vinos de mesa.
• Verdicchio: Esta variedad italiana es conocida por su alta acidez y es la base de los vinos Verdicchio dei Castelli di Jesi.
• Picpoul Blanc: Conocida por su acidez crujiente y su perfil mineral, es una variedad principal en el sur de Francia.
• Arneis: Una variedad blanca del Piamonte, Italia, a menudo llamada «Barolo Bianco» por su delicadeza y elegancia.
• Godello: Una uva gallega que produce vinos con cuerpo y una acidez refrescante.
• Trebbiano (Ugni Blanc): Ampliamente plantada en Italia y Francia, es conocida por su alta acidez y se usa a menudo en la producción de brandy.
• Roussanne: Junto con Marsanne, es crucial en el Valle del Ródano para producir vinos blancos ricos y aromáticos.
• Marsanne: Produce vinos de cuerpo completo y a menudo se mezcla con Roussanne.
• Greco: Utilizada en el sur de Italia, especialmente en la región de Campania, conocida por su estructura y notas de almendras y peras.
• Fiano di Avellino: Otra joya del sur de Italia, produce vinos con un carácter distintivo de avellanas y hierbas.
• Fernão Pires: La variedad blanca más plantada en Portugal, conocida por su aroma floral y frutal.
• Arinto: Conocida por su alta acidez y capacidad de envejecimiento, es una de las uvas blancas más versátiles de Portugal.
• Grillo: Una variedad principal en Sicilia, utilizada tanto para Marsala como para vinos de mesa con notas cítricas y de melón.
• Bacchus: Una variedad aromática de Alemania que produce vinos con notas de frutas y flores frescas.
• Vermentino: Conocida por sus vinos refrescantes y aromáticos en Cerdeña y la Toscana, y también en Francia como Rolle.
• Falanghina: Otra uva blanca italiana que da vinos con buena acidez y sabores de frutas cítricas y manzanas verdes.
• Encruzado: La uva blanca estrella del Dão en Portugal, famosa por su equilibrio y elegantes notas florales.
• Silvaner (Sylvaner): Una variedad de Alemania y Alsacia que produce vinos con un perfil sutil y equilibrado.
• Pecorino: Una variedad italiana resucitada que produce vinos con cuerpo y mineralidad, junto con notas de frutas y flores.
• Vidal: Utilizada en Canadá para hacer el famoso vino de hielo, también produce vinos de mesa secos y semisecos.
• Loupiac: Menos conocida fuera de Francia, da vinos blancos de la región de Bordeaux con dulzura y acidez equilibradas.
• Xynomavro Blanco: Variedad poco común y variante blanca de la tinta Xinomavro griega, que produce vinos con acidez y aromas complejos.
• Altesse: Cultivada principalmente en la región de Saboya en Francia, es conocida por su acidez y aromas florales.
• Bical: En Portugal, especialmente en la región de Bairrada, esta uva se utiliza para crear vinos blancos ricos y cremosos.
• Clairette: Utilizada en el sur de Francia, es una de las uvas permitidas en la mezcla de Châteauneuf-du-Pape blanc.
• Favorita: Relacionada con Vermentino, es apreciada en el Piamonte por su frescura y notas cítricas.
• Gros Manseng: Una uva del sudoeste de Francia que se utiliza a menudo para hacer vinos blancos secos y dulces con buena acidez.
• Hárslevelű: Utilizada junto con Furmint para hacer el vino dulce Tokaji en Hungría.
• Kerner: Un cruce entre Riesling y Trollinger, conocido por su acidez vibrante y notas florales.
• Pallagrello Bianco: Una antigua variedad italiana de Campania, que produce vinos blancos de cuerpo medio con un carácter distintivo.
• Roditis: Una de las principales uvas blancas de Grecia, conocida por su capacidad para retener la acidez en climas cálidos.
• Welschriesling: No está relacionada con el Riesling y se encuentra en varios países de Europa Central y del Este, produciendo vinos con variedad de estilos.

Explorar las variedades de uva autóctonas y exóticas es sumergirse en un viaje fascinante a través de la diversidad y riqueza del vino. Estas variedades, arraigadas en tradiciones antiguas o emergiendo en nuevos terrenos, son joyas vitivinícolas que reflejan la identidad y singularidad de sus regiones de origen.

Variedades Autóctonas: Guardianes de la Tradición

Las variedades autóctonas son aquellas que han sido cultivadas tradicionalmente en ciertas regiones, adaptándose perfectamente a sus condiciones climáticas y de suelo específicas. Estas uvas no solo producen vinos únicos, sino que también cuentan historias de culturas y terroirs.

Variedades Exóticas: Sabores del Nuevo Mundo

Las variedades exóticas son aquellas que, aunque pueden haberse originado en regiones tradicionales, han encontrado un nuevo hogar en terroirs inesperados, o son menos conocidas en el mundo del vino.

Además de las variedades clásicas, exploramos uvas menos conocidas, pero igualmente fascinantes que aportan singularidad a nuestro catálogo:

• Monastrell: Resistente y rústica, da origen a vinos con mucha fruta y taninos maduros.
• Viura: Conocida por su frescura, es la base de blancos jóvenes y también de aquellos con potencial de envejecimiento.
• Garnacha Blanca: Proporciona vinos con cuerpo y notas de frutas blancas y flores.
• Malvasía de Sitges: Una variedad con una historia rica, ofrece vinos con gran cuerpo y un toque distintivo de aroma floral.
• Sumoll: Una joya redescubierta de Cataluña, que produce vinos tintos de notable frescura y vivacidad.
• Scheurebe: Un cruce entre Riesling y Bukettraube, esta uva alemana es conocida por sus sabores intensos que recuerdan al pomelo y a las grosellas negras.
• Timorasso: Una variedad blanca rara recuperada en la región del Piamonte, Italia, que produce vinos con una notable complejidad y potencial de envejecimiento.
• Zierfandler: Una uva blanca austriaca que a menudo se mezcla con Rotgipfler para producir vinos ricos y aromáticos.
• Xinomavro: Una de las principales uvas rojas de Grecia, conocida por su acidez y taninos firmes, a menudo comparada con el Nebbiolo.
• Lagrein: Originaria de la región de Trentino-Alto Adige en Italia, es conocida por su profundo color y sus notas de cereza y violetas.
• Falanghina: Una variedad blanca italiana con sabores de cítricos y flor de naranjo.
• Rkatsiteli: Una de las uvas más antiguas del mundo, originaria de Georgia, produce vinos blancos con sabores de manzana y alta acidez.
• Marselan: Un cruce entre Cabernet Sauvignon y Grenache, esta uva produce vinos ricos con buena estructura y aromas de frutas rojas y negras.
• Trousseau (Bastardo): Predominante en el Jura francés y en Portugal, esta uva tinta ofrece vinos con un perfil delicado y aromático.
• Petite Arvine: Valais, Suiza – Produce vinos blancos con una acidez vibrante y notas de cítricos y salinidad.
• Saperavi: Georgia – Una uva tinta que produce vinos profundos y longevos, con una rica historia en la viticultura georgiana.
• País: Chile – Una uva histórica que está viviendo un renacimiento, produciendo vinos frescos y ligeros.
• Chenin Blanc: Sudáfrica – Mientras que su origen es el Valle del Loira en Francia, en Sudáfrica ha encontrado un segundo hogar, produciendo vinos de una gran variedad de estilos.
• Torrontés: Argentina – Única en su expresión aromática, con notas florales y de frutas de hueso, ideal para vinos blancos jóvenes y frescos.
• Zinfandel: California, EE. UU. – Conocida por su flexibilidad, produce desde vinos rosados (White Zinfandel) hasta tintos ricos y especiados.
• Carmenère: Chile – Originalmente de Burdeos, Francia, ha encontrado en Chile un lugar ideal, produciendo vinos con sabores a frutas maduras y especias.
• Vidiano: Creta, Grecia – Una variedad blanca que está ganando reconocimiento por sus vinos ricos y aromáticos con gran cuerpo y mineralidad.

Estas variedades, tanto autóctonas como exóticas, son ejemplos de cómo la viticultura es tanto una expresión de la historia como de la innovación. Cada uva lleva consigo la herencia de su lugar de origen y, al mismo tiempo, promete nuevas posibilidades en regiones emergentes o a través de técnicas de vinificación experimentales. Con cada vino producido a partir de estas variedades, se invita a los amantes del vino a un viaje de descubrimiento y deleite, explorando la diversidad y la riqueza que el mundo del vino tiene para ofrecer.

Cada variedad de uva refleja su terroir, esa combinación única de suelo, clima y tradición vitivinícola que imparte características inimitables a nuestros vinos.

Le invitamos a descubrir el amplio espectro de variedades de uva que cultivamos y transformamos en vinos que narran historias de nuestra tierra. Deguste la tradición y la innovación en cada copa y únase a nosotros en este viaje sensorial a través de las variedades de uva que dan vida a nuestros vinos.